Dueños de los nada por Sebastian Talavera
Dueños de nada muestra las escasas perspectivas de futuro de los habitantes de El Vacíe, uno de los asentamientos chabolistas más antiguos de Europa situado en las afueras de Sevilla. Hoy en día, muy dados a exportar mala conciencia y recabar solidaridad para la opresión económica sobre el Tercer Mundo, nos olvidamos con demasiada frecuencia de realidades más próximas. Dueños de nada trata de acercar al espectador a una de esas realidades cercanas: la del día a día de los habitantes de El Vacíe que sobreviven en un submundo carente de servicios elementales y cuyo único sueño es salir de la barriada para poder llevar una vida mejor.
Sin recurrir a tópicas postales de pobreza, el programa entra en sus casas, en sus calles y en sus vidas para centrarse en lo único que tienen, sus historias contadas en primera persona. Como la de Fátima de seis años, que padece una miopía severa que la obliga a ser diferente, a valorar algunas cosas de otra manera. Al acabar su jornada escolar, debe guardar sus gafas en un cajón del colegio para no poner en peligro "tan preciado tesoro". De esta forma, Fátima percibe dos realidades distintas: la del colegio en la que todo está desenfocado y la del barrio en la que todo se vuelve borroso y difuso...
El autor del documental, demuestra talento, compromiso y valentía en su incursión en el corazón de uno de nuestros tópicos, y establece de inmediato una relación muy particular entre el espectador y la historia que cuenta.
REFLEXION
El Vacie, Sevilla. Un lugar donde quien no entiende una mirada, no entiende una larga explicación. Un barrio donde es muy difícil mejorarse y autorealizarse por sí solo, una comunidad llena de vidas donde el tiempo pasa y las nubes corren mientras sus movimientos permanecen estáticos, mientras sus horas se repiten una y otra vez perdidas en el espacio. Un pequeño barrio en los alrededores de una gran ciudad que presume de buenos créditos se permite la pobreza extrema girando la mirada para no ver la realidad que recae sobre sus habitantes.
La historia de una niña con dificultades en la vista nos acerca sensiblemente a la realidad con la que se encuentra, reflejando el mundo amurallado con el que no tiene posibilidades de luchar, vulnerable, inocente, queda supeditada al vacio del Vacie.